El orden correcto para tu rutina de cuidado facial

1. Limpieza: libera a tu rostro de las influencias ambientales, la suciedad y los restos de maquillaje. Para ello puedes utilizar un limpiador: límpiate la cara con él por la mañana y por la noche.

2. Exfoliante: la exfoliación debe convertirse en una parte integral de tu rutina diaria de cuidado de la piel. Sin embargo, no recomendamos exfoliar la piel más de tres veces por semana. Los exfoliantes eliminan las pieles muertas, pero también hacen que la piel se vuelva más sensible.

3. Tónico: este producto también se conoce como «agua facial». El tónico limpia a fondo la piel y la prepara de forma óptima para los siguientes pasos de tu rutina. Aplica un poco de tónico en un disco de algodón y deslízalo sobre tu cara con movimientos suaves.

4. Sérum: añade un sérum a tu rutina de cuidado de la piel para prepararla para la regeneración. Las texturas fluidas de los sérums llegan a las capas más profundas de la piel de forma óptima. Para las pieles secas, recomendamos elegir un sérum con ácido hiaulurónico. En cambio, la niacinamida y el zinc no deben faltar en los sérums indicados para las pieles grasas y con rojeces.

5. Contorno de ojos: esta crema debe aplicarse directamente después del sérum. Los productos para el cuidado del contorno de ojos tienen una textura más ligera, ya que la piel de la región de los ojos es más fina y sensible.

6. Crema nutritiva: el siguiente paso es hidratar la piel. Las cremas son la clave del éxito para ello. A la hora de elegir la correcta, podemos diferenciar entre cremas de día y de noche: la crema de día protege la piel de las influencias externas, mientras que las cremas de noche favorecen la regeneración de la piel gracias a sus valiosos ingredientes.

7. Aceite facial: los aceites faciales contienen muchos ingredientes activos, por lo que no son compatibles con todos los tipos de piel. Por lo tanto, antes de usarlo, asegúrate de que el aceite facial es adecuado para tu tipo de piel y problemas cutáneos.

8. Protector solar: ¡protege tu piel de los rayos UV! Te recomendamos utilizar un factor de protección solar alto para proteger tu piel de la exposición al sol durante el día. Esto es muy importante ya que la radiación ultravioleta provoca quemaduras, irritación y el envejecimiento de la piel.